Qué es una vivienda sostenible, cómo se construye y cuánto ahorras con ella desde el primer momento
Ahorrar hasta el 80% en energía (y en tus facturas) y construir una casa respetuosa con el planeta es posible. Verás.
—Me voy a hacer una casa sostenible.
—Ah, mira tú. ¿Y eso qué es?
—Pues a ver, lumbreras, ¿tú qué crees?
—Una casa… ¿que respeta el medio ambiente?
(…)
Cuando pensamos en algo sostenible lo primero que nos viene a la cabeza es eso: que respeta el medio ambiente.
El problema es que «sostenible» termina resultando tan manido y trillado que a veces ya no sabes de qué va el asunto en realidad.
Para echarle más leña al fuego, en La casa ESE tenemos un concepto de la sostenibilidad un poco especialito.
Porque sí:
una vivienda sostenible puede ahorrarte entre un 70% y un 90% en tus facturas de luz y agua, y minimizar el impacto que supone su construcción para el planeta.
Y eso está muy bien.
Sin embargo, si tienes que endeudarte hasta las cejas por el camino, ya me contarás cómo te lo montas.
Lo sostenible debe ser eficiente, ahorrativo, productivo… pero también debe estar al alcance de cualquiera que quiera una casa en condiciones.
Si solo es asequible para unos pocos, pues no lo vemos.
Por otra parte, cada vez se habla más de eficiencia energética, construcción sostenible y casas pasivas.
Pero ¿qué demonios quiere decir todo esto?
Yendo a la chicha del asunto:
- ¿Qué tiene que tener una casa en realidad para ser sostenible?
- ¿De qué depende que lo sea o que no lo sea?
- ¿Cómo se construye?
- ¿Es mucho más cara que una casa convencional?
- ¿Y qué es eso de las casas pasivas?
Queremos que te quede claro, clarinete.
Por eso te lo vamos a destripar todo sobre las viviendas sostenibles: características, cómo se construyen, qué cualidades buscan y qué implican a nivel de sostenibilidad.
Sencillo, riguroso y fácil de comprender.
Un todo en uno.
Así que… al lío.
Qué es una vivienda sostenible
Qué es la construcción sostenible
¿Qué tiene que tener una casa para ser sostenible?
Característica 1: Una construcción consciente
- 1.1 Los materiales: renovables, naturales y/o reciclables
- 1.2 El transporte y el proceso de construcción
- 1.3 El aislamiento y la climatización inteligente
- 1.4 La ventilación: cómo airear una casa sostenible
- 1.5 La ubicación y la orientación estratégicas
Característica 2: Una habitabilidad sana y responsable con eficiencia energética
- 2.1 Obtiene energía solar
- 2.2 Recupera energía del ambiente
- 2.3 Irradia desde el suelo
- 2.4 En resumen: facilita la eficiencia energética en el consumo
Característica 3: Una inversión asequible para una casa «bien»
¿Qué es una casa pasiva en realidad?
Certificaciones de viviendas sostenibles
Passivhaus: qué es y qué implica
Casa sostenible, pasiva, con PassivHaus… el lío
Para terminar… ¿qué es una casa industrializada?
Qué es una vivienda sostenible
En pocas palabras, una casa sostenible:
- consume poca energía, y optimiza la que usa;
- respeta el medio ambiente, porque simplifica su construcción y elige materiales reciclables o ecológicos;
- y aprovecha la ubicación natural y el entorno.
Ojito con esto.
Consumir poca energía no equivale a forrarse de mantas en invierno para no pasar frío, o mudarse de hemisferio en verano para no dejarte medio sueldo en el aire acondicionado.
Una vivienda sostenible optimiza el gasto minimizando fugas.
Esto es lo que se conoce como eficiencia energética.
La eficiencia energética es consumir lo justo para obtener lo necesario, sin despilfarrar ni pasar fatigas.
Lo contrario es sudar facturas por el aire acondicionado en verano, y poner la calefacción —o los radiadores— a toda leche en invierno para que no se te queden los pies como cubitos.
Lo de disparar el consumo de la luz en ciertos momentos del año nos ha pasado a todos alguna vez.
Así que tranqui, que somos muchos.
Pero no es eficiente, no es sostenible y, además, es caro.
Bien.
En una casa sostenible esto no pasa.
El ahorro en la factura de la luz es consecuencia lógica de la eficiencia energética.
Eficiencia: capacidad de disponer de alguien o de algo para conseguir un efecto determinado.
No se trata de consumir más, sino de usar mejor lo que consumes.
Esta es una máxima que guía a las llamadas casas pasivas (de las que te hablaremos ahora, y en las que nos basamos para construir una casa ESE).
Pero antes, pongamos cada cosa en su lugar.
Hablemos de construcción sostenible.
Qué es la construcción sostenible
La construcción sostenible busca:
- No atentar contra el medio ambiente.
- Integrar tu vivienda en el entorno donde la construyes.
- Crear un buen lugar para vivir (hoy y siempre).
La cosa suena muy bien.
Como todo lo sostenible.
Pero no se trata de postureo.
Se trata de poner conciencia a lo que utilizamos: los materiales, la energía, el agua, el transporte, las condiciones laborales de los trabajadores…
La sostenibilidad es un TODO que afecta a la sociedad, al planeta y a nuestra forma de pensar y de actuar.
Y en La casa ESE tenemos claro que es mejor pensar y mejorar las cosas con cabeza antes de liarse a poner ladrillos —que, de hecho, no usamos—.
«¿Casas sin ladrillos, has dicho?»
Sí, sin ladrillos. Y mejores, de hecho.
Pero no te vayas del hilo, que hay más.
¿Qué tiene que tener una casa para ser sostenible?
Nos centramos en tres características según el impacto que genera cada una:
- la construcción (qué sucede antes de vivir en ella),
- el consumo energético (cómo funciona al habitarla, ya construida), y
- una inversión asequible (si el precio está por las nubes o no, a la vez que queda para próximas generaciones).

Veamos punto por punto.
Característica 1: Una construcción consciente
Construir una vivienda sostenible contempla cambios —respecto a una vivienda tradicional— en los materiales, el transporte, el aislamiento, la ventilación, y la ubicación y orientación de la casa.
1.1 Los materiales: renovables, naturales y/o reciclables
Puedes armar los muros o tabiques de tu casa sostenible con piedra, madera o fibras vegetales.
Son materiales naturales (y caretes, para qué engañarnos).
En La casa ESE utilizamos materiales artificiales, a un menor coste, pero igual de funcionales, para los tabiques y muros.
Y ojo.
No por ser artificiales dejan de ser recomendables; de hecho, estructuran genial sin usar ni un solo ladrillo.
(Te adelantamos: es maravilloso no tener que armar la marimorena en obra poniendo un ladrillo encima del otro).
El material interior de las paredes y tabiques es poliestireno expandido (EPS), 100% reciclable, y está cubierto por hormigón (lo que se llama sistema Baupanel).
Esto aísla que da gusto, tanto del ruido (ya sea la tormenta de tu vecino, la bulla de la calle o el vendaval que te toque) como de la temperatura del verano, del invierno o del otoño.
Y claro; esto último impulsa la eficiencia energética… porque usas mejor lo que consumes.
Si a esto sumas la alta resistencia antisísmica y antiincendios de Baupanel® System , ya lo tienes.
«Casa sostenible» equivale a «materiales reciclables, aislantes y resistentes».
Ahora vamos a por el siguiente dolor de cabeza escalón: el proceso constructivo.
1.2 El transporte y el proceso de construcción
Se habla poco, pero este tema tiene telita.
Transportar los materiales de una obra por separado para montarlos y armarlos ahí mismo requiere combustible.
Mucho combustible.
Y ya sabes que el combustible emite CO2, que contamina… y bien.
¿Qué hacemos con esto?
Aprovechar el modus operandi de la vivienda industrializada —también llamada prefabricada o modular—.
«¿Vivienda industrializada? ¿Prefabricada, modular? ¿Eso qué es?»
Que no panda el cúnico.
Una vivienda industrializada es una casa que se construye por partes, en una fábrica y bajo un diseño preciso y acordado. El resultado final es similar al de una vivienda tradicional.
Hablando en plata.
En lugar de llevar todos los materiales al terreno de la casa y construir desde cero ahí mismo, se prepara la vivienda prefabricada por partes o módulos independientes en una fábrica.
Luego los módulos se transportan al terreno en cuestión, y se anexan de una sola vez, levantando una casa entera en pocos días.
El proceso es más rápido, más limpio y muy controlado —de ahí que se «industrialice» la construcción—.
Las ventajas de este sistema son varias.
La primera es que ahorra muchos viajes, por lo que el transporte se reduce y minimizamos las emisiones de CO2.
La segunda es que evita imprecisiones de obra (y lo mejor: desviaciones de presupuesto), y permite entregar el proyecto en unos plazos mucho más exactos.
Esto nos parece un puntazo para eliminar esa incertidumbre de no saber cuándo vas a tener tu casa terminada, o qué disgusto financiero te puedes llevar de regalo.
Por eso nos hemos quedado con parte del proceso.
IMPORTANTE: La casa ESE no es una casa 100% industrializada.
Optimizamos la fase del levantamiento de muros y tabiques, que es la que suele retrasar las obras hasta el infinito y más allá.
Esto es gracias al sistema Baupanel®, que puedes ver en la imagen de más arriba..
Es por eso —y porque somos majos, también— que llegamos a los plazos de entrega exactos y mantenemos fijos los presupuestos acordados.
Ahora pasemos a los asuntos más funcionales —y atractivos, quizá— de la construcción.
1.3 El aislamiento y la climatización inteligente
¿Imaginas que tus facturas de luz y de agua fuesen la décima parte de lo que pagas?
¿Ves posible pasar un invierno con la calefacción al mínimo (o casi sin tener que utilizarla), o un verano caluroso sin el aire acondicionado a toda pastilla?
Pues puedes conseguirlo con una vivienda sostenible, con un buen aislamiento.
Sin aislamiento no hay eficiencia energética.
Quien construye una casa pasiva lo sabe.
Y nosotros, también.
La eficiencia energética por aislamiento funciona de forma muy simple:
- genera la energía justa y necesaria.
- impide que la energía generada se escape.
Aquí te dejamos un esquema de esta climatización inteligente:
1 | 2 | 3 | 4 |
El suelo irradia frío o calor | Los termostatos detectan si la temperatura ambiente es la ideal o es excesiva | El sistema ajusta la potencia de la calefacción o del aire acondicionado | La temperatura de la casa se equilibra automáticamente |
Y chimpún.
Cuando generas calor o frío en casa, y lo aíslas y mantienes dentro en lugar de que se escape, el gasto para una temperatura agradable se reduce muchísimo.
El efecto es hermético.
Y se logra con un buen sistema de acristalamiento y unos materiales aislantes en los muros o paneles (ejem, sí, el Baupanel).
Dicho esto, vamos al siguiente punto: la ventilación.
1.4 La ventilación: cómo airear una casa sostenible
Lamentamos decirte que los típicos 10 minutos con las ventanas abiertas en invierno no son ni eficientes ni suficientes.
El aire se vuelve a viciar pronto, y el nuevo no llega a todos los rincones.
Sin embargo, una cosa es aislar la casa para ahorrar energía, y otra es no ventilar los ambientes por miedo a la pérdida energética que suponga.
En una casa sostenible la ventilación mecánica soluciona este marrón.
Por un lado, sus filtros, a coste energético cero, atrapan polen, ácaros, bacterias o virus, y contaminación del aire exterior.
Así, limpian el aire interior de forma continua.
Y por otro, el sistema de recuperación de calor de doble flujo, donde están instalados los filtros:


- En invierno, hace que el aire nuevo que entra recoja el calor del aire que sale, sin mezclarse y sin perder energía.
- Y en verano, el aire que entra se refresca y el calor se queda fuera.
Vamos, que te despides de tener que ventilar al estilo clásico estando fresquito en verano y a gusto en invierno.
Si esto no es eficiencia energética, que baje dios y lo vea entonces ya no sabemos qué es.
1.5 La ubicación y la orientación estratégicas
No es lo mismo vivir en la costa que vivir en la sierra, ¿a que no?
Y, ya en la costa… tampoco es lo mismo vivir en una playa gallega que en una malagueña; ¿a que no?
Pues algo tan simple es BÁSICO a la hora de construir una vivienda eficiente o sostenible.
El clima, la geografía y el entorno influyen en el estudio previo y en la configuración de la vivienda.
Por ejemplo, interesa orientar las ventanas hacia el punto cardinal que convenga para aprovechar la luz natural.
Interesa también considerar zonas verdes para darte un garbeo cuando te apetezca.
Y lo mismo aplica con mercados, supermercados, tiendas o locales de las proximidades de la casa.
Si quieres vivir en una casa sostenible también querrás moverte en bici o ir a pie a los cuatro mandados del día a día.
Lo que se dice pasar del coche, vamos.
Cuando construimos una casa ESE siempre ofrecemos asesoría en este punto, porque cada caso es un mundo.
Y, aunque no sea tan popular como los materiales o los sistemas de aislamiento que te contábamos antes, importa.
Y mucho.
Al igual que en la sostenibilidad, TODO CUENTA.
Característica 2: una habitabilidad sana y responsable con eficiencia energética
Bien.
Hemos visto qué tiene que tener una casa sostenible a nivel de construcción, con sus materiales y su proceso constructivo.
Ahora vamos a enfocarlo desde la perspectiva del consumo cuando vivamos en ella.
¿Cómo y de dónde obtiene la casa sostenible esa energía eficiente?
De tres maneras; todas, renovables.
2.1 Obtiene energía solar
El sol es una gran fuente de energía de la que estamos servidos en España.
La inversión en unas placas solares ya se recupera en pocos años.
Y el tarifario eléctrico se queda a la altura del betún en cuanto te pones a echar unos pocos números.

Las placas fotovoltaicas son un básico en una casa sostenible porque:
- aportan energía limpia y renovable en grandes cantidades,
- reducen la factura de la luz y,
- junto a la aerotermia y a la recuperación de calor, minimizan la dependencia energética.
El sol ni contamina ni tiene efectos secundarios, así que poco más que decir.
«Todo sale del gran libro de la naturaleza»
Antonio Gaudí

2.2 Recupera energía del ambiente
El palabro de este apartado no es tan famoso: aerotermia.
La aerotermia extrae y recupera la energía ambiental del aire exterior.
Mediante el ciclo frigorífico directo —para que te hagas una idea, el mecanismo que utiliza tu nevera o tu congelador—, la utiliza para calentar un cuarto en invierno, enfriar una habitación en verano o conseguir agua caliente a bajo coste todo el año.
Al igual que sucede con la instalación de las placas fotovoltaicas, la instalación supone un coste alto.
Sin embargo, a largo plazo el ahorro energético es brutal.
La aerotermia rinde aproximadamente el cuádruple de energía de la que consume para funcionar.
La casa ESE lo incorpora porque, combinado con las placas fotovoltaicas, minimiza el gasto.
Funciona con electricidad, pero si obtienes la mayor parte de esa electricidad de las placas solares, el gasto de energía es muy reducido.
Y es así como conseguimos que este sistema de aerotermia emita calor o frío, según la propia casa lo necesite, a un coste energético mínimo.
Ya te decíamos: pura eficiencia. ^^
2.3 Irradia desde el suelo
Para terminar de conectarlo todo, la aerotermia, al conectarse al suelo radiante de frío/calor, regula la temperatura de forma constante mediante termostatos inteligentes, atemperando la casa automáticamente.
El resultado es una vivienda sostenible que se mantiene a buena temperatura de forma limpia y renovable a un coste energético reducido.
Y esto, sumado al buen aislamiento de las paredes y a un doble o triple acristalamiento, logra ese efecto hermético.
Sin sacrificar la calidad del aire por la ventilación mecánica.

2.4 En resumen: facilita la eficiencia energética en el consumo
En una vivienda sostenible no solo cuidamos la construcción, los materiales y la arquitectura.
También buscamos FACILITAR un modo de vida y un consumo eficiente de energía que, tras la construcción, se mantengan sin casi tener que hacer nada.
Pues eso.
Vivir mejor gastando menos.
Característica 3: una inversión asequible para una casa «bien»
Esta parte es muy simple.
En La casa ESE consideramos que la sostenibilidad tiene un punto social, que busca facilitar el acceso a una vivienda más que digna a las personas.
No es solo un tema de ecología, sino una cuestión económica y social.
Sin el equilibrio de esas tres partes, no hay sostenibilidad que valga.
«Si una casa no está al alcance de todos, deja de ser social… y sostenible».
Rolando R. Castellano, La casa ESE
Resumiendo.
Para que una casa sea sostenible debe contemplar:
- Una construcción consciente, que considere la naturaleza de los materiales, el proceso constructivo y la integración estratégica con el entorno;
- Una eficiencia energética que utilice energías limpias, renovables y complementarias entre sí;
- Una inversión asequible para cualquier persona, porque vivir en una casa cómoda, eficiente y sostenible no debería ser un lujo, sino un aspecto social al alcance de todos.
Pasemos a ver, ahora sí, de qué va eso de las casas pasivas.
Ya hace un rato que te las mencionamos, y queremos despejar algunas incógnitas.
¿Qué es una casa pasiva en realidad?
Una casa pasiva es una vivienda cómoda que busca reducir el consumo energético.
El consumo en calefacción y aire acondicionado de una casa pasiva no supera los 15 kWh por metro cuadrado al año.
Muchas casas pasivas en España consumen una factura mensual de unos 60 € entre luz y agua.
Nada mal, a decir verdad.
Las casas pasivas se conocen también por llevar el certificado alemán PassivHaus.
Cómo funciona una casa pasiva
Una casa pasiva se llama pasiva porque, como la propia palabra indica, no hace prácticamente nada.
La idea es que funcione y se mantenga sola gracias a los sistemas de eficiencia energética que la componen.
Sin intervenir.
Y nos vas a permitir que nos pongamos un poco finos con este tema.
Las casas pasivas trabajan envolventes sin puentes térmicos.
Es decir: muros y paredes con materiales específicos que sostienen la estructura mientras EVITAN fugas de energía.
Una casa pasiva se climatiza y automantiene en un ciclo siempre equilibrado que aprovecha, reduce y optimiza los kilovatios.

Y esto, que parece que tiene mucho misterio, se consigue con:
- Climatización inteligente.
- Fuentes de energía limpias y renovables.
- Hermetización de espacios.
- Renovación y ventilación continua del aire.
- Recuperación de calor.
- Orientación y ubicación estratégica en el entorno.
Y sí: es justamente lo que te venimos explicando.
Entonces, ¿qué tiene que ver la certificación PassivHaus?
¿Es una casa pasiva lo mismo que una que tenga certificación PassivHaus?
Certificaciones de viviendas sostenibles
Ay, los sellos y las certificaciones. Cómo nos gustan.
(Y qué poco útiles resultan a veces, oye).
PassivHaus: qué es y qué implica
La certificación PassivHaus tiene origen alemán, y es una especie de «sello» que certifica que una casa es pasiva según los requisitos y condiciones que el Instituto PassivHaus establece.
Estas condiciones son:
Demanda de calefacción | Demanda de refrigeración | Demanda energía primaria | Hermeticidad |
<15 kWh/m2 por año | <15 kWh/m2 por año | <120 kWh/m2 por año (calefacción, agua caliente y electricidad) | <0,6 renovaciones de aire por hora (con diferencial de presión de 50 Pa) |
Igual esto te suena un poco a chino mandarín —renovaciones de aire por hora con diferencial de presión… ¿hola?—.
Pero vamos, en términos de andar por casa se refiere a lo mismo: eficiencia energética con construcción sostenible y consumo mínimo.
Casa sostenible, pasiva, con PassivHaus… el lío
Muchas veces se sobreentiende que una casa pasiva tiene que tener la certificación PassivHaus para serlo, pero en La casa ESE no lo vemos del todo así.
A estas alturas ya te habrás dado cuenta de que nos gusta sacar un poco los pies del tiesto.
Y así somos.
El tema es que construimos cada casa ESE considerando criterios de una vivienda pasiva; y, a efectos prácticos, lo logramos.
Pero claro.
Preferimos entregar casas económicas y eficientes en 6 meses, sin certificados ni esperas, a tener que alargar o comprometer plazos de obra solo para obtener un «sello».
Ya bastantes papeleos hay que tragar.
Queremos que el precio a una vivienda sostenible sea accesible para todo el mundo, aunque la certificación PassivHaus no lo contemple. Y preferimos centrarnos en que tu casa sea la que tú quieres.
Sin darle bombo a otra certificación.
Para terminar… ¿qué es una casa industrializada?
Lo hemos mencionado varias veces, pero es mejor aclararlo.
Si te quisieras hacer una casa sostenible con nosotros la construcción utilizada no es exactamente como la tradicional, sino que parte del proceso se industrializa.
Refresca la memoria.
Una vivienda industrializada se construye por partes en fábrica y se traslada al terreno para montarse allí, y quedarse todo hecho, de una vez y de una pieza.
Es un sistema similar al de las casas prefabricadas —que se transportan enteras de una pieza—.
Y, cuando las casas son de mayor envergadura, hablamos de las modulares, que se construyen por módulos particulares y se trasladan para ensamblar en obra.
El proceso constructivo industrializado frente al tradicional tiene la ventaja de estar más controlado y contar con más precisión.
Por ello:
- Evita que el presupuesto se vaya de madre.
- Respeta los plazos de ejecución y entrega.
- Produce menos residuos.
- Utiliza menos materiales.
Y, al necesitar menos transporte, minimiza las emisiones de CO2.
Entonces.
En La casa ESE, si bien construimos in situ —es decir, no ofrecemos casas industrializadas completas como tal—, utilizamos el sistema Baupanel® para industrializar PARTE del proceso constructivo.
Esto implica que levantar los muros y tabiques resulta mucho más rápido y limpio que hacerlo mediante el sistema tradicional, de hormigón con ladrillos y cemento.
Adiós ladrillos y marimorena correspondiente.
Por eso podemos construir y entregar casas sostenibles, eficientes y económicas en 6 meses por 127.000€.
Si quieres más información sobre La casa ESE:
- Resérvanos una cita Nos conocemos, tú nos cuentas qué te gustaría que tuviera la tuya o qué tienes en la cabeza, y vemos cómo materializarlo.